M. Night Shyamalan, el director estadounidense de origen indio que encauzó el cine fantástico por otros derroteros con ‘El sexto sentido’, parece haber recobrado parte de su mejor pulso tras una década algo incierta. Con ‘La trampa’, que conjuga elementos de terror y ‘thriller’, vuelve a uno de sus tradicionales ‘huis clos’ con espacios cerrados e inalterables. Puede ser un bosque atávico, una zona de apartamentos con piscina, una playa de la que no se puede salir o una cabaña en otro bosque. En ‘La trampa’ se trata del lugar en el que se celebra un gran concierto pop. Se han dado cita 30.000 espectadores y 300 policías velan por la seguridad del evento, pero poco pueden hacer contra el escurridizo asesino en serie que se ha colado en el local. El pánico colectivo pasa por la experiencia individual de un padre y su hija adolescente, encarnados por Josh Hartnett y Saleka.