‘Strange Darling’ es una de las películas independientes de género más aplaudidas de la temporada. También es un caramelo envenenado, una película inesperadamente problemática, cuestionable, y, por ello, un auténtico (e incómodo) desafío para el espectador. En los primeros minutos de ‘Strange Darling’, vemos a una chica correr ensangrentada por un bosque. Un hombre la persigue. A partir de ahí, JT Mollner juega con nuestras expectativas. Su película tiene una estructura (capitular y desordenada) y un ‘look’ tremendamente atractivos. Filmada en 35mm (como indica un rótulo al inicio), ‘Strange Darling’ es magnética: la fotografía expresiva de Giovanni Ribisi, con el rojo devorando la pantalla, la hipnótica, fantasmal, banda sonora de Z Berg o un buen diseño de personajes (La Dama y El Demonio). Pero el contenido de ese envase no es inofensivo.