Daniel Belda es uno de los pioneros en poner en valor la cultura del vino en Terres dels Alforins. En la década de los 90 apostó por la elaboración de vinos diferentes y reconocibles capaces de evocar los paisajes de viñedos de este territorio valenciano y sirvió de inspiración para que otros enólogos y bodegueros continuasen sus proyectos por el mismo camino. Durante décadas ha creado vinos convertidos en verdaderos iconos en la Comunitat Valenciana, pero tras una época algo ‘apartado’ de primera línea retoma su proyecto de la mano de otro de los enólogos que están dejando huella en Terres dels Alforins, Toni Arráez.