Entre los vinos valencianos más consumidos en el ámbito peninsular se encuentra Pasión de Bobal, un tinto alrededor del cual Manuel Olmo y su equipo han creado un relato asentado en la Finca Calderón, en el término municipal de Requena, si bien la firma también cuenta con decenas de hectáreas repartidas por la zona más al oeste de la DO Utiel-Requena, en el término de Camporrobles.