Familiarizado con una imaginería y con las atmósferas propias del terror, de lo que dan prueba sus cortos y videoclips, Pedro Martín-Calero ha elegido el género para debutar en el largo. Es ‘El llanto’ una película extraña en el panorama del cine de terror español de los últimos años. Alejada de los ambientes, las estéticas y los costumbrismos del género que se hace aquí, va bastante por libre. Sí que reverberan en ella tendencias generales, no locales, del terror contemporáneo, como el uso de la metáfora para explorar realidades terribles (en este caso la violencia contra las mujeres), la apuesta por una narrativa menos rígida, más experimental, y una preocupación mayor por poner en escena el horror, incluso estilizarlo.