El protagonista de ‘Bitelchús’, ‘Batman’ y ‘Spotlight’ es muy coherente cuando dirige. En su debut, ‘Caballero y asesino’ (2008), Michael Keaton contó la historia de un asesino a sueldo encarnado por él mismo. En su segunda película, ‘El método Knox’, rodada 15 años después, Keaton es otro asesino a sueldo. Dos personajes idénticos en filmes distintos: el primero flirteaba con la comedia romántica, mientras que este es un ‘neo-noir’ de acción expeditiva en el que el asesino sufre un raro tipo de demencia. Le quedan solo unas semanas de vida, pero él se lo toma estoicamente: le dice al médico que, total, no va a acodarse de que está enfermo dentro de unas horas.