El segundo largometraje de David P. Sañudo conserva algo del anterior, ‘Ane’ (un tono similar, parecida situación económica y social de los personajes) pero da un salto más ambicioso a partir de la construcción de su personaje principal. Se trata de Irune, una mujer insegura y callada definida por pequeños pero nada anecdóticos detalles. Por ejemplo, ya que trabaja en una fábrica de papel –que está en conflicto– tiene su piso lleno de rollos de papel higiénico y hace barquitos y flores de papel. Llama todas las noches a Renfe y cuelga el teléfono hasta que no le responde un operador en concreto, a quien le pide horarios de trenes en los que no pretende viajar. Para ella, una hoja de eucalipto en la barandilla de su terraza da mala suerte. Y ve vídeos de Eva Nasarre para hacer algo de ejercicio.