Toni Arráez, tercera generación de la familia, asumió las riendas de la bodega que fundó su abuelo, Bodegas Arráez, para darle un giro de 180 grados. Tras formarse en la Escuela de Viticultura y Enología de Requena, Toni se marcó como reto rejuvenecer la bodega, sus vinos y la manera de dirigirse al mercado, democratizando el vino de calidad entre perfiles de consumidores que hasta entonces no mostraban demasiado interés por este mundo del vino.